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Cómo elegir el tubo nasogástrico de alimentación adecuado: Comparación de materiales (PVC vs. Silicona)

Feb 01,2025

Los tubos nasogástricos de alimentación (tubos NG) son dispositivos médicos fundamentales para pacientes que requieren soporte nutricional, atención postquirúrgica o tratamiento a largo plazo. La selección del material adecuado, PVC o silicona, puede tener un impacto significativo en la comodidad del paciente, la seguridad y los resultados clínicos. Este artículo compara estos dos materiales para guiar a los profesionales sanitarios y cuidadores en la toma de decisiones informadas.

nasogastric tube feeding


Alimentación con tubo nasogástrico ENFit® | GCMEDICA




1. Biocompatibilidad y Seguridad del Paciente


Los tubos nasogástricos de silicona son ampliamente reconocidos por su excelente biocompatibilidad. Hechos de 100% silicona de grado médico, minimizan el riesgo de reacciones alérgicas o irritación de los tejidos. Estos tubos cuentan con la aprobación de la FDA y cumplen con las normas ISO, garantizando su compatibilidad con los tejidos humanos incluso durante su uso prolongado.


Los tubos de PVC, aunque rentables, pueden contener plastificantes como los ftalatos, que pueden filtrarse en el cuerpo con el tiempo. Esto plantea preocupaciones sobre su seguridad a largo plazo, especialmente para pacientes pediátricos o inmunocomprometidos.


2. Durabilidad y Resistencia a la Temperatura


La silicona sobresale en su tolerancia a temperaturas extremas (-60°C a +260°C), lo que la hace adecuada para procesos de esterilización como el autoclave sin comprometer su integridad estructural. Su flexibilidad reduce el riesgo de torsiones, lo cual es crucial para una alimentación sin interrupciones.


Los tubos de PVC, aunque duraderos, se vuelven rígidos a temperaturas más bajas y pueden degradarse bajo esterilización repetida a altas temperaturas. Esto limita su vida útil y aumenta la frecuencia de reemplazo.


3. Comodidad del paciente y características de diseño


La suavidad y flexibilidad de la silicona mejoran la comodidad del paciente, especialmente para uso prolongado. Muchos tubos de silicona tienen 6 orificios laterales en el extremo distal para evitar la obstrucción y garantizar una entrega constante de nutrientes. Algunos modelos también incluyen líneas visibles en rayos X para una verificación precisa de la colocación.


Los tubos de PVC son más rígidos, lo que puede causar incomodidad nasal o esofágica. Su diseño a menudo carece de características avanzadas como conectores ENFit, que reducen los riesgos de conexiones incorrectas en entornos clínicos.





4. Costo y Escenarios Clínicos


Los tubos de PVC son económicos y adecuados para aplicaciones a corto plazo (por ejemplo, <7 días). Sin embargo, la longevidad y la reducción de las tasas de complicaciones de la silicona la hacen más rentable para la atención crónica. Por ejemplo, en unidades neonatales, la suavidad de la silicona sobre tejidos delicados justifica el mayor costo inicial.



Recomendaciones clave:


Elija silicona para uso prolongado, pacientes pediátricos o casos que requieran esterilización frecuente.

Opte por PVC solo para escenarios temporales con restricciones presupuestarias, asegurándose una estricta monitorización de los riesgos relacionados con los plastificantes.


Al priorizar las propiedades de los materiales y las necesidades del paciente, los clínicos pueden optimizar los resultados de los tubos de alimentación al tiempo que minimizan los efectos adversos. Siempre verifique las certificaciones (por ejemplo, FDA, ISO) y consulte las directrices clínicas para tomar decisiones específicas del contexto.



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